Ramiro Reyes, Jefe de Laboratorio de CELEC EP Termopichincha comparte una reflexión sobre el trabajo
No voy a referirme a los antecedentes históricos de esta fecha especial ya que muchos héroes y jornadas de lucha que merecerían recordación, quedan en el anonimato. Sino más bien me permito expresar mi admiración y respeto a quien ama su trabajo, a quien está consciente que las recompensas no sólo son materiales, a quien contribuye con su esfuerzo a días mejores, a quién cada día se empeña por superarse a sí mismo.
Les voy mencionar algo que escuché alguna vez: Se decía que quienes profesamos una religión del cristianismo, a diferencia de otro tipo de creyentes, miramos al trabajo como un castigo ya que en la Biblia se menciona que Dios expulsó del paraíso a Adán y Eva y les dijo que tendrán que ganarse el pan con el sudor de su frente, así se grabó un paradigma en el inconsciente que afecta nuestra actitud: cuando no estoy trabajando estoy en el paraíso y cuando trabajo estoy castigado.
Más allá de cualquier consideración, esto de ninguna manera aplica con quien aprecia y a ama su trabajo ya que siendo así, entendemos que el trabajo es una maravillosa manera de ser útiles y demostrar ejemplo en quienes nos corresponde influir, una manera de dar sentido a nuestro tiempo y a nuestra vida, una vía de autorrealización, en otras palabras una bendición, un premio, para nada un castigo.
Quien ama su trabajo no sólo se encuentra bien consigo mismo y tiene la alegría propia de quien hace lo que le gusta, sino también es una persona valiosa para los demás y una fuente de soluciones a los problemas.
Además alguna vez también escuché que tras estudios realizados se concluyó que el principal factor diferenciador entre las organizaciones con éxito y aquellas que no lo tienen, estriba en la actitud de su personal hacia el trabajo: en las empresas exitosas, la gente trabaja porque quiere hacerlo y en las otras, la gente trabaja únicamente porque tiene que hacerlo. Si estamos en el primer grupo bien por ustedes, pero si no reflexionemos que la vida es demasiado corta como para no permitirnos disfrutar de lo que más hacemos.
Quieren ser felices, pues trabajen con pasión compañeros.