La central hidroeléctrica Mazar cumplió, este 30 de diciembre, 10 años de operación comercial. Durante este periodo aportó 8.058 GWh (Gigavatios/hora), la central aporta con el 3% de la demanda de energía al Sistema Nacional Interconectado (SNI).
La central Mazar con un capacidad de 170 MW (megavatios) está en el límite entre Azuay y Cañar. El embalse es formado por la presa de tipo enrocado con pantalla de hormigón de 166 metros de altura y 340 metros de longitud. La cola de dicho embalse llega hasta en el sector de Chicti, cerca del límite entre los cantones Paute y Guachapala, desde de donde se observa una extensa reserva de agua (espejo) de 31 kilómetros de extensión y que acumula un volumen total de 410 millones de metros cúbicos del líquido vital.
La casa de máquinas está ubicada en una caverna subterránea de 62,5 metros de longitud, 21m de ancho y 41 m de altura. Tiene dos unidades de generación de 85 MW cada una, con turbinas tipo Francis.
La principal característica de la central es su gran embalse, que permite una mayor regulación del caudal del río Paute, lo que incrementa la energía firme en las centrales que se encuentran aguas abajo, como son Molino y Sopladora. Además, retiene los materiales sólidos que arrastra el río. De esta forma contribuye a la continuidad operativa del embalse Amaluza.
Se cumplieron diez años de entrega de energía para todos los ecuatorianos y gracias al aporte profesional, compromiso y esfuerzo del personal técnico y administrativo que labora en la central, permite mantener los índices de disponibilidad en un 93,75 % y una confiabilidad de 95,81 %, lo que garantiza un servicio eléctrico confiable y seguro, manifestó Iván Hidrobo, gerente de CELEC SUR.