Hace 42 años el sueño de Tungurahua y del país era una realidad tangible: el 15 de diciembre de 1977, la central hidroeléctrica Pisayambo comenzaba a entregar energía para el país. Este fue un hecho trascendental en la generación hidráulica del país.
Pisayambo fue el primer gran proyecto del hoy desaparecido Instituto Ecuatoriano de Electrificación (INECEL), su desarrollo requirió de la mano de obra de más de 1500 ecuatorianos para la construcción de la presa, túneles, canales y casa de máquinas. Desde ese momento, la central hidroeléctrica pasó a constituirse en un pilar del desarrollo económico del país.
Esta hidroeléctrica, que posteriormente pasó a llamarse Pucará, es administrada por la Corporación Eléctrica del Ecuador – CELEC EP, a través de la Unidad de Negocio Hidroagoyán. En la actualidad aporta 73 megavatios al Sistema Nacional Interconectado (SNI), lo que ha sido posible gracias a su equipo humano que cada año cumple con la programación de los mantenimientos, que alargan la vida útil de sus equipos e instalaciones.
Hace pocos meses en la central se concluyó la modernización de los sistemas de medición y control. Estos trabajos consistieron en el cambio del equipamiento y sistemas de tecnología electromecánica a sistemas digitales. El proceso que fue desarrollado por los mismos técnicos de la central, quienes demostraron su capacidad y experiencia en la realización de estos trabajos, destacó Javier Callejas, gerente de la Unidad de Negocio Hidroagoyán.
A lo largo de estas cuatro décadas, las zonas de influencia de la hidroeléctrica también han sido beneficiadas con la dotación de obras importantes que han generado una mejor calidad de vida a sus habitantes.
La hidroeléctrica Pucará se ubica en el cantón Píllaro, parroquia San José de Poaló, es una central multipropósito, pues a más de aportar con energía limpia para el desarrollo nacional, sus aguas turbinadas son aprovechadas para el riego de una amplia zona agrícola de la provincia.
Fecha de publicación: 15 de diciembre de 2019.